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El tiempo campaña recién empieza pero se detecta, por ahora, una movilización discreta de las fuerzas políticas que competirán en Neuquén por las bancas el 26 de octubre. La hipótesis de una baja participación está: es lo que vienen augurando los consultores en función de las elecciones celebradas este año y también lo que empiezan a detectar los dirigentes en el trato con los vecinos.
Hay apatía y sensación de hartazgo con la política, lo que no necesariamente es un dato negativo para todos: un electorado desmovilizado favorece el peso del “aparato”. Figueroa lo vivió en carne propia cuando le tocó estar del otro lado y, ahora, todo indica que va a usufructuar el tenerlo en sus manos.
En los equipos de campaña de La Neuquinidad ya se habla de un sistema de “voto seguro” pero con nombre y sombrero nuevo que los militantes podrán gestionar a través de una app próxima que se lanzará en estos días.
“A seguro se lo llevaron preso”, había dicho Figueroa un año atrás a la planta política cuando les prometió: “De ninguna manera voy a pedir la gansada del voto seguro”.
Se impone, esta vez, la necesidad sobre la promesa. La de octubre es una elección para ganar y el gobernador así lo definió en el acto de lanzamiento que encabezó el jueves en Chos Malal junto a sus candidatos.
Como ya se dijo, tiene un riesgo convertir estas legislativas en una suerte de plebiscito de la gestión provincial pero, si sale bien, será una revalidación con ganancia superlativa para Figueroa. No solo ratificará su liderazgo frente a los ojos propios y ajenos, sino que lo dejará en una posición mucho más fortalecida para negociar con Javier Milei. Después de todo, un gobernador sin senadores propios baja bastante de precio a los ojos de quien sea el preisdente de turno.
La Libertad Avanza también hizo su lanzamiento esta semana, aunque con un despliegue mucho más acotado que el de La Neuquinidad y también sin aludirla. La estrategia del partido de Milei parece ser, hasta ahora, repetir la fórmula de las elecciones bonaerenses: “kirchnerismo nunca más”, aunque en Neuquén no se detecte esa como la fuerza que polarizará la competencia.
Salvo alguna crítica de Pablo Cervi, el “radical con peluca” invitado a participar del armado libertario, el espacio evita una rivalidad directa con el gobernador Figueroa.
Arrancan las campañas mientras otro hecho político en la provincia empieza a concluir. El juicio por la estafa con planes sociales ocurrida en la anterior gestión entrará en la segunda semana de alegatos con las presentaciones de las defensas.
El abogado e imputado Alfredo Cury buscó empantanar el último tramo, como hizo durante todo el extensísimo proceso, al renunciar a su defensa y a la del exdirector de Planes Sociales, Ricardo Soiza, quien ahora quedó en manos de la defensa oficial.
Los imputados habían prometido mucho, amagaron con involucrar otros nombres y destapar una olla que, al final, era apenas un jarrito en el fuego.
Figueroa también esperaba otras cosas del juicio y la fiscalía que lidera Pablo Vignaroli pareció responderle en su alegato de clausura: “Hemos investigado y, hasta el momento, no encontramos ninguna evidencia que nos permita sostener que había gente del Banco Provincia de Neuquén involucrada”.
Es una incógnita qué percepción dejará en la sociedad neuquina el veredicto que dictará el tribunal más cerca de octubre. Si hay condenas, ¿serán las suficientes? ¿Servirán de reparación para el electorado que votó defraudado en 2023? Y, acaso, ¿actuarán de escarmiento hacia la política clientelar?
Tarea para la justicia pero, sobre todo, para la política de aquí en adelante, administrar esas expectativas para evitar que la decepción pegue la vuelta.