El informe «Perspectivas Agrícolas OCDE-FAO 2025-2034» ofrece un panorama detallado sobre el comportamiento esperado de los mercados mundiales de carne en la próxima década. Las proyecciones, que abarcan tanto la evolución del consumo como los retos ambientales, sanitarios y comerciales del sector, revelan una transformación estructural del mercado cárnico mundial en respuesta a nuevos patrones de consumo, preocupaciones sociales y amenazas sanitarias.
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Uno de los datos más destacados es el crecimiento proyectado del consumo total de carnes en 47,9 millones de toneladas (Mt) hasta 2034. Este aumento estará liderado principalmente por la carne de pollo, con un alza estimada del 21 %, seguida por el cordero (16 %), la carne de res (13 %) y, en menor medida, la carne de cerdo (5 %). Estos números reflejan una clara preferencia por carnes de menor impacto ambiental y menor precio relativo.
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El consumo per cápita mundial de carne también se incrementará, aunque de manera más moderada, con un aumento proyectado de 0,9 kilogramos por persona al año. No obstante, esta media oculta marcadas diferencias regionales. En los países de altos ingresos, el consumo per cápita muestra señales de estancamiento, afectado por una creciente sensibilidad hacia el bienestar animal, la salud humana y la sostenibilidad ambiental. Estos factores están impulsando, en muchos casos, un viraje hacia dietas más diversificadas o incluso de base vegetal.
En el caso específico de la carne de cerdo, las tendencias son mixtas. Si bien se espera un aumento generalizado del consumo total, este no será homogéneo. Regiones como China, la Unión Europea, Japón y Suiza verán un estancamiento o incluso disminución en su consumo, motivado por niveles ya elevados y un cambio en las preferencias alimentarias. Por el contrario, en América Latina, se prevé el mayor crecimiento del consumo per cápita de carne de cerdo, con un alza de 1,3 kg/persona/año, impulsado por su precio competitivo frente a otras carnes como la bovina.
Paradójicamente, a pesar del crecimiento total en la demanda, se proyecta una disminución del 4 % en el consumo per cápita mundial de carne de cerdo respecto al periodo base. Esta aparente contradicción se explica por el rápido crecimiento poblacional en regiones donde el consumo actual es bajo, lo que diluye el promedio global.
Desde el punto de vista ambiental, el informe ofrece una visión matizada. A pesar del aumento de la producción cárnica del 13 % en la próxima década, se estima que las emisiones de gases de efecto invernadero aumentarán solo un 6 %. Esta diferencia se debe a mejoras en la eficiencia genética y rendimiento al beneficio, así como al crecimiento en la producción de carne de pollo, que es más eficiente desde el punto de vista ambiental. Concretamente, el peso al faenar representará el 8 %, 27 % y 19 % del aumento en la producción de carne de res, cerdo y pollo, respectivamente.
Importaciones de carne de China disminuirán
En el ámbito comercial, el informe proyecta una transformación en los flujos de comercio global. Se prevé que la participación de China en las importaciones mundiales de carne disminuirá del 20 % al 16 %, lo que afectará significativamente a los principales países exportadores. Las importaciones globales de carne crecerán apenas un 10 %, en contraste con el 37 % registrado en la década anterior. Esta desaceleración podría profundizarse si más países adoptan políticas comerciales proteccionistas, un riesgo latente en el contexto actual de tensiones geopolíticas.
Otro aspecto crítico identificado es la creciente vulnerabilidad sanitaria del sector cárnico. Enfermedades como la influenza aviar altamente patógena (IAAP), la peste porcina africana (PPA), el resurgimiento de la fiebre aftosa (FA) y la miasis continúan amenazando la estabilidad del mercado. Estos brotes no solo generan pérdidas económicas, sino que también provocan alteraciones en las cadenas de suministro y en la confianza del consumidor. El informe subraya la urgente necesidad de fortalecer la bioseguridad y la cooperación internacional para afrontar estos desafíos con eficacia.
En suma, las proyecciones de la OCDE y la FAO apuntan a una década de crecimiento moderado y transformación estructural para el mercado global de carne. El avance hacia una producción más eficiente, la diversificación del consumo, las restricciones comerciales y las amenazas sanitarias serán los principales factores que moldearán el futuro del sector. La industria cárnica deberá adaptarse a un entorno cada vez más complejo, donde el equilibrio entre la demanda, la sostenibilidad y la seguridad sanitaria será clave para su desarrollo.
Fuente: Informe Perspectivas agrícolas OCDE-FAO 2025-2034 con aportes de Redacción +P.