La tarde en Río Colorado era tranquila, hasta que un hombre que había estacionado su auto frente a la casa de un familiar salió corriendo al escuchar el golpe. Desde la ventana miró que su vehículo había sido embestido por una mujer que al maniobrar en reversa, terminó impactando de lleno contra el lateral izquierdo.
La conductora se fue pero el dueño del auto la siguió, la alcanzó a pocas cuadras y la enfrentó. Ella le aseguró que tenía todo en regla, pero se negaba a quedarse. En medio de la discusión, ocurrió un segundo choque, esta vez, el golpe afectó el otro lateral del vehículo.
El fallo judicial
El caso llegó a los tribunales de Choele Choel, donde el hombre presentó una demanda por los daños. La acusada intentó desentenderse: admitió el primer impacto, pero culpó al damnificado por el segundo, asegurando que él se había cruzado de forma peligrosa para detenerla.
El peritaje confirmó que hubo dos choques distintos y que el vehículo estaba quieto en el primero. El juzgado consideró que la conducta de la mujer fue temeraria, que no aportó pruebas válidas y que su actitud durante el proceso fue poco colaborativa. Por eso, tanto ella como su aseguradora fueron condenadas a cubrir los daños por ambos choques.