La Unión Neuquina de Agentes Viales Provinciales (UNAVP) emitió un comunicado para reclamar por el estado de abandono y condiciones precarias en las que se encuentran los trabajadores en los campamentos de Manzano Amargo, Las Ovejas y Andacollo durante la temporada invernal. El secretario general del gremio, Carlos Roselli, denunció que los operarios «deben enfrentar temperaturas extremas que rondan 16 grados bajo cero, sin acceso a agua, gas ni instalaciones adecuadas, alojados en casillas de verano, sin ningún tipo de aislante térmico”.
El referente de UNAVP aseguró que los trabajadores viales “están congelados” y que, en la jornada del último jueves, observó en uno de los campamentos que el agua y el gas estaban congelados y las casillas estaban a la intemperie. “Es inhumano vivir así”, expresó Roselli. El dirigente señaló que el año pasado el gremio había realizado denuncias sobre situaciones similares, como en el campamento de Manzano Amargo, donde un trabajador sufrió congelamiento de un pie.
El responsable de UNAVP afirmó que en aquel momento, las autoridades prometieron una solución provisoria y tomaron el compromiso de instalar viviendas fijas para la temporada invernal siguiente, sin embargo, “nada de eso se cumplió”, lamentó. Roselli señaló que volvieron a dejar tirados a los trabajadores y recordó que el año pasado colocaron una carpa a modo de parche, pero la solución definitiva que prometieron para esta temporada no fue concretada.
El sindicalista afirmó que los trabajadores que deben permanecer en los campamentos cumplen tareas fundamentales de enripiado en rutas clave de la región, como la 54, que conecta sectores estratégicos del norte neuquino. “¿Cómo puede ser que se los haga vivir en condiciones tan indignas?”, cuestionó Roselli.
Actualmente, cuatro trabajadores pernoctan en las tres casillas precarias que carecen de condiciones mínimas para poder ser habitada durante el invierno patagónico. Roselli exigió al Gobierno neuquino y a Vialidad provincial, que atienda con urgencia la situación y consideró que esta situación no puede ser naturalizada, ya que no se trata de un lujo para los trabajadores, sino una necesidad básica.