Edulcorantes: nuevos estudios son lapidarios

El compuesto químico que se utiliza causa daños en el ADN, aumenta el riesgo de cáncer y afecta el revestimiento de los intestinos. Científicos de la Universidad de Carolina del Norte presentaron el nuevo informe.

Nuevos estudios científicos realizados en Estados Unidos demostraron que la sucralosa, un compuesto químico que se se utiliza como edulcorante sin calorías, puede causar daños en el ADN, incrementar el riesgo de cáncer y generar fugas en el revestimiento intestinal. La investigación la llevó a cabo un equipo de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, en Estados Unidos y publicado en Journal of Toxicology and Environmental Health. A mediados de mayo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconsejó  el uso de edulcorantes, por considerar que no son eficaces para bajar de peso y porque aumentan el riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y mortalidad en adultos

En el artículo científico se detalla que se encontró que un metabolito de la sucralosa, llamado sucralosa-6-acetato, que es genotóxico. Eso significa que descompone el material genético que forma el ADN y que puede aumentar el riesgo de que se formen células cancerosas, explicó la científica Susan Schiffman, autora principal del estudio y profesora adjunta en el departamento de Ingeniería Biomédica de la Universidad Estatal de Carolina del Norte.

La sucralosa es un compuesto que se utiliza como endulzante no calórico y es unas 600 veces más dulce que el azúcar refinada. La sucralosa, conocida en los Estados Unidos y mucho países de Hispanoamérica por la marca Splenda™, se utiliza en la producción de miles de productos, incluidos alimentos panificados, bebidas, chicles o goma de mascar, gelatinas y postres lácteos.

Además del daño al ADN, la investigación también encontró que la sucralosa puede conducir a un revestimiento intestinal permeable y aumentar la actividad de los genes relacionados con la inflamación y el cáncer.

Sin embargo, una de las limitaciones del estudio es que el análisis del impacto de la sucralosa en el organismo se realizó en un modelo de laboratorio con roedores y también mediante la exposición de tejido humano (epitelio intestinal) a la sucralosa-6-acetato y a la sucralosa. Luego se hizo una secuenciación genética para determinar la expresión génica inducida por estas exposiciones. Más investigación en una muestra de mayor magnitud en humanos podrían aportar conclusiones más sólidas.

En referencia a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconsejó el uso de endulzantes no calóricos, el especialista en nutrición dedicado a la prevención, investigación y tratamiento de la obesidad desde hace casi seis décadas agregó que “la OMS que en el 90% de los casos hace muy buenas recomendaciones pero en el otro 10% no siempre acierta, porque no se ha visto que la gente que consume edulcorante tenga más efectos dañinos en la salud que el consumo de azúcar, y eso está comprobado”.

La Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó por primera vez la sucralosa para su uso en 1998 en algunas categorías de alimentos. Un año después, la agencia aprobó la sustancia química como edulcorante de uso general.

En el reciente estudio, los autores del nuevo estudio apuntaron que ciertas bacterias intestinales pueden transformar la sucralosa en una molécula similar: “El sucralosa-6-acetato es un intermediario y una impureza en la fabricación de sucralosa y se encontró que muestras comerciales recientes de sucralosa contenían hasta un 0,67 % de sucralosa-6-acetato. Los estudios en un modelo de roedores encontraron que la sucralosa-6-acetato también está presente en muestras fecales con niveles de hasta un 10 % en relación con la sucralosa”. Esto significa que, según los autores, la sucralosa alteró la microbiota intestinal.

Por eso, los investigadores señalaron que también afecta el tejido intestinal: “La ingestión de sucralosa indujo cambios histopatológicos, incluidos infiltrados linfocíticos en el epitelio intestinal, desorganización glandular y cicatrización epitelial lo que aumenta la infiltración bacteriana”.

“Un intestino permeable es problemático porque significa que las toxinas que normalmente se eliminarían del cuerpo a través de las heces, en cambio, se filtran fuera del intestino y se absorben en el torrente sanguíneo”, señaló la autora del estudio Schiffman a Fox News.

Esta no es la primera investigación que señala los peligros potenciales relacionados con la sucralosa: “Estudios anteriores han mostrado una amplia gama de efectos adversos de la sucralosa, incluida la disbiosis (incluido el daño a las bacterias buenas en el intestino) y la alteración de la glucosa y la insulina en la sangre”, destacó la investigadora Universidad Estatal de Carolina del Norte.


Fuente: Pasó Hoy neuquen.uno recomienda los contenidos de Pasó Hoy

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